A base de papa y polenta: cómo la crisis modifica la alimentación de los argentinos

German Romero, director del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) explicó que la población se aleja cada vez más de los alimentos nutricionalmente ricos producto de la caída del poder adquisitivo.

 

A base de papa y polenta. Así es la dieta de los argentinos a un año y medio de la asunción de Javier Milei. La carne, frutas y verduras están cada vez más lejos de las mesas hogareñas que, producto del rebusque, se llenan de alimentos baratos y con escaso valor nutricional.

Los datos surgen de un relevamiento del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE), cuyo titular, Germán Romero, explicó “los resultados son lamentables”, en función de los estudios realizados en todo el país, con 3.750 encuestas.

“El patrón de consumo está muy lejos de lo recomendado. En general, se pondera mucho más lo que es el consumo de carbohidratos”, aseguró en declaraciones de la 750, sobre una dieta que se basa ahora en papa, polenta y pan.

Los resultados son lamentables”, afirmó tras comparar la tabla nutricional que usa el Indec para hacer sus mediciones y lo que verdaderamente consumen los argentinos y las argentinas en plena recesión económica y con el Gobierno pisando los sueldos para contener la inflación.

“Hoy los hogares no pueden consumir a nivel nutricional porque se alejan de los productos más costosos”, aseguró Romero, quien hizo énfasis en que las frutas y verduras son cada vez más ajenas a las mesas de los argentinos.

Según el IETSE, en Argentina hay una marcada subalimentación en frutasverduras lácteos. Mientras que, por el contrario, se registra un sobrecargado consumo de harinaspanificados azúcar.

La caída del consumo de carnes vacunas es profunda: el asado vacuno está un 68% por debajo de los niveles históricos, la carne molida, un 73% y la carne para milanesas un 60%. El pescado y el pollo cayeron un poco menos, a un 58% y un 21%.

En tanto, respecto al consumo de frutas y verduras, se observó un crecimiento del consumo de papa del 28% y de la cebolla, un 40%. Esto no llama la atención, ya que suelen ser los productos más baratos y llenadores de las verdulerías.

En tanto, sobre el segmento de carbohidratos, hubo un aumento del consumo de harina del 40%, de la polenta un 142%, de los fideos un 28%, así