La alimentación de los argentinos se aleja cada vez más de una dieta saludable

Un informe reveló un consumo excesivo de harinas, panificados y azúcares, con potenciales impactos negativos en la salud pública, tales como el aumento de la obesidad infantil, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

Un nuevo informe del Instituto de Estadísticas y Tendencias Sociales y Económicas (IETSE) dejó en evidencia una preocupante realidad en los hogares argentinos: la dieta diaria está cada vez más distante de las recomendaciones oficiales para una alimentación equilibrada y saludable.

El estudio, titulado “Alimentación Argentina: La distancia entre la dieta recomendada y la consumida”, se basa en 3.750 encuestas realizadas en hogares de las 23 provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, lo que le confiere una representatividad nacional.

Según los hallazgos del reporte, los argentinos enfrentan una marcada subalimentación en categorías esenciales como frutas, verduras y lácteos, lo que compromete el acceso a proteínas y vitaminas básicas para el organismo. En contrapartida, se observa un consumo excesivo de harinas, panificados y azúcares, con potenciales impactos negativos en la salud pública, tales como el aumento de la obesidad infantil, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares.

“La dieta promedio de los hogares se ha reconfigurado alrededor de productos de bajo costo, como el pollo, la papa o el pan, que resuelven temporalmente el hambre pero a costa de la calidad nutricional”, detalló el informe. Esta tendencia no es reciente, pero se agravó por el deterioro sostenido del poder adquisitivo en los últimos años, exacerbado por la creciente desigualdad social.

El IETSE destacó que los sectores más vulnerables económicamente son los más afectados, dependiendo en mayor medida de alimentos económicos y poco nutritivos. Esto llevó a una “nivelación hacia abajo” de la mesa familiar: menos nutrientes y más carbohidratos, lo que incide directamente en el desarrollo normal de niños y adolescentes. “Acceder a lácteos, carnes magras, frutas o verduras de calidad se ha convertido en un privilegio de minorías, mientras que la mayoría ajusta su dieta a la mera supervivencia”, advierte el estudio.

Los expertos del instituto remarcaron que estos resultados deberían activar una “alarma urgente” en las autoridades. El Estado argentino define su Canasta Básica Alimentaria sobre la base de una dieta recomendada por el Indec, actualizada mínimamente en las últimas décadas. Sin embargo, la brecha entre esta guía oficial y la realidad cotidiana revela que las políticas de ingresos y asistencia alimentaria son insuficientes para revertir la situación.

“Sin medidas concretas que mejoren el poder adquisitivo y garanticen el acceso a alimentos nutritivos, la crisis alimentaria continuará profundizándose”, concluye el informe, llamando a una intervención inmediata para mitigar los efectos a largo plazo en la salud de la población.

El director del Centro de Almaceneros de Córdoba, Germán Romero, habló con Cadena 3 sobre este informe y sostuvo que “los hogares argentinos cada vez están más lejos de lo que se recomienda” en términos de dieta. Destacó un déficit severo en el consumo de frutas, verduras y lácteos, lo que se traduce en una limitada ingesta de proteínas y vitaminas. “Hay una subalimentación en frutas y verduras, que se agudiza con cada ajuste y cada pérdida de poder adquisitivo”, subrayó.

El informe también reveló que la papa ocupa el 50% del consumo de frutas y verduras, mientras que otros productos saludables tienen una participación mínima. Además, se evidenció un incremento en el consumo de harinas y azúcares, lo que genera una preocupación considerable en cuanto a la salud de la población.

Romero advirtió que la situación se agrava por la falta de poder adquisitivo y la inflación. Mencionó que en el último trimestre de 2023, el aumento del coste de los alimentos tuvo un impacto directo en la capacidad de compra de los hogares, resultando en un 19% menos de consumo en comparación con 2024.

“No podemos perder de vista que de lo que estamos hablando es de una mejor alimentación para las nuevas generaciones”, concluyó Romero.